Seguramente lo que diré en este espacio ya lo habrá dicho algún otro con anterioridad, porque es que nacer en una “civilización” con miles de años de instaurada en el planeta no te da mucha ventaja al respecto, cada día que pasa se hace más difícil decir algo original, aunque seguro aún quedan muchas cosas por decir, pero no seré yo quien las diga, así que ni yo me mortificaré en decir algo original y tú no te mortificarás en buscarlo aquí.
jueves, 24 de marzo de 2011
Y donde huir cuando no quedan islas para naufragar
Soy del sitio que nunca fue, soy del lugar que nunca ha sido, no pertenezco a este mundo de dobles morales ni verdades maquilladas, y no soy la única, este mundo no esta hecho para los idealistas, y yo he juzgado, se lo firme y superior que nos sentimos al juzgar a los demás, he escuchado decir: yo soy tolerante, yo acepto que los demás piensen como quieran, para acto seguido al escuchar las razones de los otros decirles: no estoy de acuerdo con ellas y en tono alto y firme decirles que no son validas, que las tuyas si porque las dices tu y punto, y seguí viendote escuchar a esas personas seguir diciendo sus razones y te escuche levantar la voz para ahogar sus razones con las tuyas por contraste de volumen.
Y creí que pertenecía a otra esquina, quizás en El Cairo y la dictadura me desapareció por no creer en nada, y me fui volando a la estación de atocha en Madrid y perdí el brazo izquierdo, el de la fé, en una explosión de trenes, y con el brazo que me quedaba, el de la insistencia, me fui a dedo hasta El Tibet, donde mi alma creyó pertenecer para ser libre, y me corrieron los ejércitos que creían que todos y todo les pertenece porque ellos tienen armas, porque eso les da poder, que es el poder?, ¿ El poder no es lo que nos da la vida para decidir que queremos ser y pensar?, ¿donde esta el poder?, ¿donde mi lugar?
Y me fui a la llamada nación de las oportunidades, si los irlandeses pudieron ¿porque yo no? Pero me corrieron por roja, demasiado latina, demasiado libre, demasiado morena. A donde fui, no tenía visa, no tenía el color, no tenía el dinero, volví aquí y me miraste y me juzgaste nuevamente: ¿no que no pertenecías aquí? ¿Por qué no votaste?, ¿Porque votaste por ese o aquel?, es tu culpa, tu culpa, no tienes razón, yo la tengo, a ti nada te importa, no crees lo mismo que yo por tanto no eres nadie y luego me dabas la espalda y hablabas de que a este país lo desunió Chávez o la burguesía o los demás, todos menos tu.
Y donde huir cuando no quedan islas para naufragar
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