lunes, 21 de junio de 2010

Caracas: zona de conflictos


(Arriba foto de agujero dejado por misil en calle caraqueña)

Hoy salí de mi casa en la zona limítrofe de la franja de gaza, tuve que esquivar varios cowboys de tropas israelíes que me lanzaban sus vehículos en los pasos de cebra tratando de eliminarme, a la vez trataba de mantener limpia mi ropa de las salpicaduras de agua sucia que se depositan en los hoyos que hay por toda la acera y la calle productos de los continuos bombardeos en la zona, todo esto lo hacía esquivando las trincheras de basura esparcidas aquí y allá.

Camino rápido lo que me queda de acera porque comienzo a atravesar la selva colombiana donde un grupo de paramilitares amenazan con arrebatarme la cartera donde lo más valioso que tengo son los documentos personales. Por fin llego al estacionamiento que queda en Chechenia, aquí los vigilantes nos confunden constantemente con tropas rusas a todos los usuarios y no es raro conseguir a tu carro con alguna abolladura o rayón en la carrocería, que evidencia la indolencia con la cual tratan nuestras pertenencias.

Una vez que logro salir de zona Chechena entro a Kosovo, debo estar pendiente en todo momento de esquivar albaneses en moto que me confunden con Serbia a mí y a todos los vehículos a los que tratan de aniquilar a toda costa, es difícil discernir entre albaneses, kosovares o Serbios y cuando crees que el enemigo solo va en moto, hay vehículos realizando tácticas de obstrucción del paso y tratan de chocarte en todo momento por lo cual debes estar muy pendiente de realizar tácticas evasivas.

Sorpresivamente logro salir ilesa (por esta vez) de Kosovo y entro a mi zona de trabajo en Guantánamo donde soy tratada como terrorista por el grupo de carceleros jefes del ejército estadounidense que están pendientes en todo momento de que los grilletes estén permanentemente manteniéndome en mi sitio, aplicando el mecanismo del terror de la disminución del personal; luego de cumplir condena por medio día me dirijo a Nepal para almorzar, donde debo hacer una larga fila tratando de que los islamistas en la fila no acaben confundiéndome con la maoísta del grupo, de vez en cuando se forman trifulcas sangrientas entre ambos bandos, por querer ocupar todos los primeros puestos a descuido de alguien.

Luego de comprar la comida en Nepal me dirijo a Ciudad Juárez, donde tengo que tratar de conseguir mesa para sentarme a comer tratando de eliminar a los otros contrincantes de los carteles de la droga enemigos, que luchan encarnizadamente por conseguir un puesto en el reducido comedor, esta vez logro salir indemne de esta guerra, pero ya es hora de regresar a Guantánamo, otra vez a ser sometida a mas tácticas de terror.

A las 5 de la tarde me dirijo al gimnasio ubicado en Uganda a tratar de mantener las condiciones físicas que me permitan mantenerme viva en estas zonas de conflicto, aquí como representante del gobierno debo enfrentarme constantemente con la guerrilla del “ejército de resistencia del señor” que tratan continuamente de arrebatarme posiciones en las maquinas porque el señor así se los ha indicado, dependiendo de la masa muscular del contrincante cedo terreno. Regreso a casa después de un día completo de conflictos
¿No me dirán que vivir así no es tener una experiencia internacional?