viernes, 8 de julio de 2011

Quiero verme buenorra



Yo creo que si no todas las mujeres del mundo, por lo menos la mayoría, ha intentado aunque sea alguna vez en la vida, una dieta, las razones pueden ser variadas, pero la razón más extendida es sin duda alguna, la estética, hemos de estar de acuerdo que las mujeres estamos constantemente bombardeadas de imágenes irreales de perfección gracias al famoso y muy útil photoshop, pero más allá de este recurso para ocultar ligeras imperfecciones, la forma del cuerpo en general es algo que no se puede arreglar ni siquiera con el citado programa, a menos que trasplantes tu cabeza al cuerpo de otra persona, que no es el sentido.
La mayoría de las mujeres creen que más delgadas se verán más atractivas, pero olvidan el hecho de que la belleza no está en el simple hecho de estar delgadas, la mayoría erróneamente creen que estando delgadas se acercarán a los cánones de belleza establecidos en revistas de moda, lo que no se paran a pensar es que si naciste con el cuerpo escoñetado y mides 1,50 mts, tendrías que volver a nacer con otros padres, para así, quizás, parecerte a los modelos propugnados.
Ahora, podríamos decir que el quid del asunto está en las proporciones, es verdad, es un buen punto, hay mujeres de baja estatura, excelentemente bien proporcionadas, incluso mejor que mujeres mucho más altas, porque la altura no es una condición de la belleza, pero he ahí la cuestión, las proporciones, es ahí donde existe el problema, tu puedes ser muy delgada, pero si la naturaleza no te premio con una código genético que te proporcione cintura y una adecuada proporción corporal, ni que vivas el resto de tu vida comiendo tomate con queso podrás lograr tener un cuerpo de revista mon ami!!, podrás irte al África y llegar a una delgadez de niño de Biafra, e igual estarás desproporcionada, igual seguirás pareciéndote más a un saco de papas que a una modelo rusa o a cualquier mujer medianamente atractiva, es así de simple.
Así suene llover sobre mojado, definitivamente la cuestión está en aceptarse tal cual se es y rogar que aun hallan hombres que se interesen más por tu inteligencia que por tu físico, eso sí, olvídate del amor a primera vista.
Y ya que hablamos de la inteligencia, me imagino que por eso hay mujeres que gastan ingentes cantidades de dinero en hacerse cirugías plásticas, porque es más fácil que intentar eso que usar el cerebro.
En todo caso, las dietas no son para todas y hay que evitar ser víctimas de la estupidez, aunque habría que ser inteligente para eso.
Consejo: acepte su fealdad y pare de sufrir!!

jueves, 24 de marzo de 2011

Conversación bizarra en una panaderia


Una mujer en una panaderia se dirige al cajero y disponiendose a pagar un envase de jugo de dos litros

Señora: señor ¿todos los envases de jugo están así?

Cajero: ¿Asi como?

Señora: Empegostados

Cajero: Pues no sé, pidale al muchacho de la barra que se lo cambie

Señora: Es que creo que era el ultimo envase de jugo

Cajero: ¿Era el ultimo? Ahh, entonces si señora, todos los envases estan así.


(Copia fiel y exacta de la conversación)

Y donde huir cuando no quedan islas para naufragar


Soy del sitio que nunca fue, soy del lugar que nunca ha sido, no pertenezco a este mundo de dobles morales ni verdades maquilladas, y no soy la única, este mundo no esta hecho para los idealistas, y yo he juzgado, se lo firme y superior que nos sentimos al juzgar a los demás, he escuchado decir: yo soy tolerante, yo acepto que los demás piensen como quieran, para acto seguido al escuchar las razones de los otros decirles: no estoy de acuerdo con ellas y en tono alto y firme decirles que no son validas, que las tuyas si porque las dices tu y punto, y seguí viendote escuchar a esas personas seguir diciendo sus razones y te escuche levantar la voz para ahogar sus razones con las tuyas por contraste de volumen.

Y creí que pertenecía a otra esquina, quizás en El Cairo y la dictadura me desapareció por no creer en nada, y me fui volando a la estación de atocha en Madrid y perdí el brazo izquierdo, el de la fé, en una explosión de trenes, y con el brazo que me quedaba, el de la insistencia, me fui a dedo hasta El Tibet, donde mi alma creyó pertenecer para ser libre, y me corrieron los ejércitos que creían que todos y todo les pertenece porque ellos tienen armas, porque eso les da poder, que es el poder?, ¿ El poder no es lo que nos da la vida para decidir que queremos ser y pensar?, ¿donde esta el poder?, ¿donde mi lugar?

Y me fui a la llamada nación de las oportunidades, si los irlandeses pudieron ¿porque yo no? Pero me corrieron por roja, demasiado latina, demasiado libre, demasiado morena. A donde fui, no tenía visa, no tenía el color, no tenía el dinero, volví aquí y me miraste y me juzgaste nuevamente: ¿no que no pertenecías aquí? ¿Por qué no votaste?, ¿Porque votaste por ese o aquel?, es tu culpa, tu culpa, no tienes razón, yo la tengo, a ti nada te importa, no crees lo mismo que yo por tanto no eres nadie y luego me dabas la espalda y hablabas de que a este país lo desunió Chávez o la burguesía o los demás, todos menos tu.

Y donde huir cuando no quedan islas para naufragar