martes, 5 de octubre de 2010

La Perra esa


Perra: mujer de baja calaña que pretende tumbarnos al marido, novio, esposo, amigo, etc. (no importa si es la princesa heredera al trono de Suecia, si trata de quitarnos a nuestra pareja siempre, SIEMPRE, será de baja calaña).

Las perras, este atribulado grupo de mujeres tan defenestrado de la sociedad por la mayoría de las mujeres del otro lado de la situación (por no decir la totalidad), creo que son un grupo incomprendido, me parece q estas mujeres no son apreciadas en su justa labor social, ok, tu mujer que me lees, antes de insultarme y meterme en el grupo de las perras, sigue leyendo y averigua mis motivos para hablar en defensa de este grupo de víboras trepadoras.

Vamos a estar claros que las relaciones son de dos (también hay tríos y orgias pero generalmente la relaciones son solo de pareja), por tanto, ambos en una relación están de acuerdo en estar juntos, no hay nadie obligado, ¿Por qué explico todo esto? Porque si tu novio-marido-peor es nada anda con otra es porque él quiso, no porque esa “bicha” se le metió por los ojos o lo obligo, ¿entonces? Quien es realmente el desgraciado? Yo me voy por la vertiente de que el desgraciado es TU novio-marido-peor es nada, porque él es quien mantiene una relación contigo y el que te debe respeto y consideración, no la otra, puede darse hasta el caso de que la otra tampoco este enterada del asunto y sea otra víctima como tú, pero saquemos estos casos y concentrémonos en las que saben que tu novio-marido peor es nada está en una relación, concentrémonos en las que incluso conocen a la novia de su presa, estas serían las verdaderas perras, pero ¿realmente lo son?

Aclaremos algo, si tu estas en una relación sana, gratificante con tu pareja, puede venir Xabi Alonso a ofrecerte villas y castillas y tu no voltearas siquiera a considerar la oferta, no, porque estas contenta con lo que tienes, y me consta que esto también sucede del lado de los hombres, entonces es aquí donde entran ellas, las perras, como catalizadores del estado de una relación, si una mujer de estas logra interponerse en tu relación es una de dos: tu relación está mal, cosa que seguro ya tú te has dado cuenta aunque trates de negártelo a ti misma, o tu novio es un desgraciado que definitivamente no vale la pena. Es así.

Hay quienes luego de ser engañadas y menospreciadas dirán: no le voy a dejar el camino libre a esa trepadora, porque eso es lo que quiere ella, y no le daré el gusto, entonces la cosa se convierte en una lucha por quien puede quedarse con el hombre-trofeo, que seguro es cualquier vaina. ¿Vale la pena?, yo creo que en todo caso, valdría la pena si se reconoce que la relación estaba pasando por una mala situación, que no se estaban tomando las decisiones correctas en la relación y que en esa circunstancia esas cosas pueden suceder, y teniendo muy clarito, que ese episodio debe superarse y olvidarse porque de lo contrario será una relación-venganza, de esas donde solo estoy contigo hombre-infiel el tiempo suficiente para hacerte la vida miserable por haberme montado los cuernos.

Es en este momento donde estas “perras” no son tan perras, quizás hasta vienen a quitarnos ese problema de encima que no sabíamos como finiquitar, no debe haber nada más glorioso que conseguir a tu novio (del que ya estabas harta y que no sabias como romper esa relación porque ya tu suegra era tu mejor amiga) con otra en una situación comprometedora, seguro que nos duele un poquito el orgullo pero a esa mujer provoca besarla por el favor.

Ahora, pongámonos en el lugar de las “perras”: conoces a un hombre fabuloso, está comprometido, tiene novia y la tipa hasta te cae bien, tratas de no pensar en la cosa pero el tipo cada día que pasa te gusta más, le consigues más y más características que te vuelven loca, es el hombre de tus sueños solo que con novia, ¿qué harías?, si te gusta mucho y estas en contra de estas prácticas lo más seguro es que termines convirtiéndote en una perra solapada, esa que tira el anzuelo a ver si pica pero nunca se declara de frente, la que averigua si hay terreno fértil para realizar la operación “te tumbo el novio hecha la pendeja”, este es un caso decente. Pero también conozco casos de mujeres que le ponen el ojo al hombre que les gusta y hacen lo que sea por apoderarse de él sujeto de la discordia independientemente si es el amigo de la mejor amiga, este caso lo vi en vivo y directo en la universidad: Ellas eran compañeras de clase de esas curruñas que andan todo el día juntas, tan panas las dos, una era medio feíta y la otra estaba más buena, la medio feíta tenía un novio y salía con él y con su amiga que estaba mejor físicamente que ella, un día la mejor dotada decide que el novio de la amiga es el que ella quiere y se empeña en el asunto y logra quedarse con el sujeto, ahora, ¿la despojada del novio fue afectada? Creo que dadas las circunstancias el sujeto tarde o temprano iba a dejarla porque no le gustaba lo suficiente la feíta como para mantenerse a su lado, quizás lamentablemente la vida los puso en una situación donde conoció a la persona que lo completaba en circunstancias poco amables. Bueno si, en el momento pensé que la tipa era una perra, pero viendo las cosas ahora en frio ¡qué carajo!, le gusto más la otra y punto, seguro que cuando estaba aún de novio con la feíta se buceaba a la amiga, creo que en este caso es mejor que se vaya con la otra, mejor buscarse a uno que te aprecie de verdad y que te bucee a ti no a tus amigas. Ahora en este caso la dejada era feíta pero también he visto casos donde han dejado mujeres que para el común están “buenas” por otras con menos atributos físicos, no quiero que confundan que te dejan solo por otra que está más buena, porque no es así.

A veces también llamamos perras a las mujeres por las cuales nuestros novios-maridos-peor es nada se sienten atraídos, ellas no hacen nada, son ellos quienes las buscan y nosotras en nuestra ceguera ego centrista somos incapaces de ver que el de la falta es él y le achacamos a ella que el tipo nos ignore y hasta nos mienta por verse con ella, porque reconocerlo sería reconocer que ella le atrae más que nosotras, simple egocentrismo.

En todo caso, no importan las intenciones de las “perras”, pueden tratar de levantarnos a los novios por simple deporte, para demostrar que si pueden, porque se enamoraron de ellos, porque estaba aburrida, porque el horóscopo le dijo que el hombre de sus vidas era el gordito de la oficina, eso no importa, el verdadero problema es el porqué caen ellos.

Veamos las excusas de los infieles:

1. Amor, yo te amo, no sé que me pasó, ella se me insinuó, se me ofreció y bueno amor, yo soy hombre JA!! Lo que eres es una rata, vamos a ver si al revés te gusta la misma excusa.
2. Ese día habíamos peleado, me sentía solo, estaba sensible. WTF?
3. Yo no quería, pero ella fue muy insistente. Hay por favor!!

La única excusa válida aquí es que la tipa le puso burundanga al café que le dio en la oficina, porque la gente no es tonta, todos sabemos cuándo nos están cayendo, todos sabemos cómo evitar situaciones comprometedoras y si la persona no nos gusta haremos hasta lo imposible por huirle. ¿Entonces?

Además, si estabas bajo los efectos del alcohol y de manera involuntaria caíste en las redes de esa trepadora, eso no te obliga a seguir manteniendo una relación con esa otra persona, ¿no?, llamémosle a las cosas por su nombre, sería más sincero que nos digan, oye amor, tu eres una mujer que tiene las características que deseo en mi pareja, pero le tenía ganas a la tipa esa, se me resbalo y no perdí la oportunidad, pero tranquila que solo fueron unos cuantos polvos para matar las ganas, lo que pasa es que la tipa se puso intensa y ahora cree que te voy a dejar por ella, que loca. Eso me parece que es algo más parecido a las verdaderas razones para caer a una tentación, Wilde decía que la única manera de deshacerse de la tentación era caer en ella, y muchos somos propensos a guiarnos por estas sabias palabras.


Dicho todo esto ¿Cuál es la conclusión? Que nadie que no quiera caer cae, y nadie que se sienta conforme con lo que tiene busca más.

Y ahora con permiso, que hay una perroncha haciéndole ojitos a mi novio, y no es que no confié en él, en quien no confío es en ella: la perra esa.